¿Quién no ha recibido como consejo alguna vez: «son peces de cardumen, no pongas menos de 6-8 individuos»? Sin embargo, vemos que no todos los peces gregarios nadan siempre en cardumen o se comportan igual. Esto se debe a que, si bien el cardumen es una necesitad vital para la mayoría de ellos, presenta importantes variaciones según las especies.
Diversos estudios científicos que podemos encontrar en internet (este es uno) demuestran que para algunos peces como el neón, el cardumen es indispensable para su subsistencia. Un individuo en soledad aumentará sus signos vitales en evidente estrés hasta que encuentre un grupo al cual integrarse. Si esto no sucede, el estrés devendrá en una muerte prematura. Es que no solo usan el cardumen para confundir a los depredadores, que no pueden focalizar en una presa para atacar, sino que también lo utilizan para alimentarse. Los cardúmenes se trasladan y forman en aquellas zonas en las que abunda el alimento, asegurando la nutrición del grupo equitativamente.
PH Gonzalo G. Bermejo para L´Acqua
Hay otros peces, que solo utilizan el cardumen como protección. Este tipo de gregarios, en general, tienen jerarquías, por lo que la protección del grupo tiene un precio: al momento de encontrar alimento solo comen los líderes y, luego de saciarse, los demás. Esto hace a los dominantes más fuertes y grandes que el resto, lo que provoca que las disputas sean solucionadas, generalmente, sin agresiones graves ante la evidente superioridad. Nos atreveríamos a decir, que la mayoría de nuestros peces de acuario pertenecen a este grupo. Si las dimensiones del acuario son pequeñas, es posible que los líderes se vuelvan más agresivo impidiendo que coman los más débiles y mueran. Desparramar la dosis del alimento por diferentes lugares del acuario es una de las soluciones más sencillas y efectivas. En peces criados para el consumo, donde el perjuicio es económico, hay estudios serios que concluyen que la simple distribución del alimento es la única forma de obtener ejemplares de un peso y tamaño uniforme.
En este tipo de gregarios, la etapa reproductiva también es un problema. Un territorio libre de depredadores es indispensable para el éxito de las crías, por lo que, llegado el momento de la puesta, ya no tolerarán siquiera a sus pares, haciendo de lo que era un cardumen armónico, un dolor de cabeza para el acuarista.
Existen, además, algunos gregarios que el agrupamiento en cardúmenes no es un mecanismo buscado naturalmente en ejemplares adultos.
PH Gonzalo G. Bermejo para L´Acqua
Las carpas, por ejemplo, no necesitan el cardumen como protección debido a que por su tamaño no tienen demasiados depredadores de adultas. Conviven entre ellas sin otra jerarquía más que la imposición del tamaño y la velocidad a la hora de alimentarse. Lo mismo sucede con las corydoras: Son peces que físicamente están protegidos de los depredadores más pequeños por lo que el cardumen es solo una protección en casos extremos. Sin embargo, para los consumidores de detritos como ellas o las carpas, manejarse en grupo trae algunos beneficios adicionales: si un individuo revuelve el fondo, los demás pueden obtener sin esfuerzo, los detritos que se suman a la cortina de agua.
Es muy importante saber qué tipo de pez gregario vamos a introducir al acuario. A veces, un grupo de individuos asegura el éxito y la sanidad, otras, solo traerá peleas por el espacio y los alimentos… la observación paciente es el arma secreta del acuarista cuando las fichas leídas sobre el comportamiento y los consejos de los comercios colapsan con la realidad